La terapia UVA-1 se administra por medio de lámparas que emiten un rango de longitud de onda de 340 – 400 nm, con un filtro que permite exponer a los pacientes a altas dosis de radiación UVA-1 sin causar quemaduras en la piel.
Debido a una mayor longitud de onda, la luz UVA-1 penetra más profundamente en la piel que la UVA-2, y por tanto actúa no solo en la epidermis, sino también en la dermis media, profunda y vasos sanguíneos. La radiación UVA-1 puede llegar a tener un efecto sistémico, al actuar sobre las células inmunes que circulan entre la piel y el torrente sanguíneo. La luz UVA-1 es una alternativa a PUVA, principalmente en Europa, donde hay más fuentes de radiación disponibles.
La luz UVA-1 es muy efectiva en la dermatitis atópica
Dentro de los principales mecanismos de acción de la UVA-1 se encuentran:
Incrementa la síntesis de colagenasa.
Produce maduración y migración de las células dendríticas dérmicas a células presentadoras de antígeno.
Suprime citoquinas proinflamatorias como IL-12, factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a), e interferón gamma (INF-y).
Reduce la densidad de los mastocitos a nivel dérmico.